La paradoja del Amor
La Monogamia es un constructo social cien por ciento idealista, un concepto que hemos adquirido por el simple hecho de estar inmersos en una sociedad, sobre todo tratándose de una mayormente católica y occidental –santurrona, vaya. La sociedad como tal, es una pieza fundamental en toda relación; sobre todo en este auge de las redes sociales, donde aquello que no publicas, no existe. Vivir creyendo que un único amor nos acompañará hasta el final del camino es simplemente absurdo, la atracción que uno siente hacia lo Otro es constante, impulsiva, donde ni el más enamorado puede salvarse. Regir el concepto del amor por el número de personas con quienes mantienes relaciones sexuales o tan sólo te sientes atraído, es cruel e irreal. La traición es un sentimiento frecuente en todas las relaciones, tanto de pareja como no. El simple saber de su haber es repugnante, la ínfima posibilidad que suponga su existencia es motivo suficiente para vivir a merced de los celos, a costas de cuidar lo que nos pertenece. Pero he ahí el truco, ¿quién quiere ser realmente poseído? ¿quién quiere dejar de lado sus impulsos por satisfacer el sentido de pertenencia del otro? ¡Es inhumano! Y paradójicamente es este sufrir lo que lo hace humano, es esta batalla diaria por pertenecer, por ser parte de un todo... Para seguir leyendo:
